Los poderes públicos, como garantes de las familias, tienen la labor de asegurar la asistencia y la protección a los niños, niñas y adolescentes (NNA) y, principalmente, cuando se encuentran ante situaciones de crisis familiares y tienen que asistir a los Juzgados de Familia (JF) para que un juez o jueza resuelva sobre su futura organización familiar. Los operadores jurídicos que trabajamos en estos juzgados podemos aminorar la amalgama de sentimientos que les genera y que les cuesta gestionar. Este artículo recoge mi experiencia como trabajadora social forense que impulsó y confió en esta herramienta de evaluación que comenzó hace más de ocho años, y que facilita el paso de los NNA por el juzgado cuando son evaluados por los Equipos Técnicos de los Juzgados de Familia (ETJF).
The public authorities, as guarantors of families, have the task of ensuring assistance and protection for children and adolescents (hereinafter NNA), especially when they find themselves in situations of family crisis and have to go to the Family Courts for a judge to decide on their future family organisation. The legal operators who work in these courts can reduce the amalgam of feelings that this generates for them and that they find difficult to manage. This article reflects my experience as a forensic social worker who promoted assessed by the Family Technical Teams (hereinafter ETF).
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