Más de un siglo de quema de combustibles fósiles ha desencadenado olas de calor y sequías sin precedentes, precipitaciones más intensas que traen consigo grandes inundaciones y otros fenómenos climáticos extremos. Si queremos evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático en el futuro, debemos limitar el aumento de la temperatura global, que en ningún caso debería sobrepasar los 2 ºC y, cuanto más por debajo quede de esa cifra, mejor. Para alcanzar este objetivo, no podemos superar determinada cantidad de emisiones de efecto invernadero. Es lo que se llama el presupuesto global de emisiones de carbono o simplemente presupuesto de carbono.
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