Murcia, España
En 1978 Michel Foucault defendió el carácter impolítico de la crítica kantiana al prescribir el mandato de limitarse a conocer. Foucault pudo sostener esta tesis desde una interpretación individualista de la razón kantiana que asumía la noción adecuacionista de verdad. Partiendo de ciertas reflexiones surgidas a partir del volumen Kant después del neokantismo, este artículo defiende la dimensión política de la crítica apoyándose en el trabajo de Hannah Arendt de 1970 y mostrando cómo la necesidad de transitar de un modelo de verdad entendido como adaequatio a otro entendido como consensus gentium llevó a Kant a plantear una razón humana comunicativa (mittheilende) —intersubjetiva— y participativa (theilnehmende), impulsora y necesitada de un espacio público y libre en el que la verdad se construye colectivamente a través de la crítica reflexiva.
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