El mundo del trabajo es profundamente heterogéneo por lo que resulta difícil hacer generalizaciones al respecto. En las últimas décadas distintas transformaciones han incidido en el funcionamiento del mercado de trabajo. Muchas de ellas han supuesto un deterioro para las condiciones laborales de los trabajadores. El artículo identifica algunas, las valora desde la sensibilidad de la Doctrina Social de la Iglesia y ofrece algunas pistas respecto a cómo mejorar el horizonte del trabajo en nuestra sociedad y reducir la dependencia de éste en las distintas coyunturas económicas. Termina la reflexión subrayando que deberíamos cambiar la mirada para valorar cuando un trabajo es o no digno.
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