Rosa Margarita Salcedo Rodríguez
En el quehacer docente se realizan diversos roles, y desde mi experiencia puedo dar fe de ello. Ser orientadora, observadora participante, amiga, psicóloga, mamá adoptiva, motivadora constante, entre otras, son tareas que, desde el aula, aunque se hacen con amor y una firme convicción, son complejas e involucran de manera directa nuestra sensibilidad. En los tiempos de pandemia estos roles, más que transformarse se profundizaron y extendieron a los hogares de nuestros educandos; es desde casa que se desarrollan todos los procesos; en este sentido, la Covid-19 cambió los medios cómo se impartían clases. A continuación, les narraré mi experiencia.
Various roles are performed in the teaching task, and from my experience I can attest to this. Being a counselor, participating observer, friend, psychologist, adoptive mother, constant motivator, among others, are tasks that, from the classroom, although they are done with love and firm conviction, are complex and directly involve our sensitivity. In times of pandemic, these roles, rather than being transformed, deepened and extended to the homes of our students; it is from home that all processes are developed; In this sense, the Covid-19 changed the way classes were taught. Next, I will tell you about my experience.
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