Una de las consecuencias más importantes del entrenamiento intenso y de la fatiga es la alteración que ocasionan en el sistema inmune, por ello, el deportista altamente entrenado es muy susceptible a enfermedades infecciosas. Existen numerosos ejemplos de mayor incidencia de enfermedades infecciosas del aparato respiratorio en poblaciones que realizan deporte de rendimiento, frente a no deportistas o personas que practican deporte recreacional.
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