Villanueva de la Cañada, España
Madrid, España
INTRODUCCIÓN. La participación de las familias y la convivencia suponen dos caras de una misma moneda, mejorando el bienestar de los alumnos y el rendimiento académico. Cuando los profesores no cuentan con una “red interpersonal” de familias que les apoyan surgen más problemas académicos y de convivencia. El objetivo es analizar la percepción de alumnos y profesores en torno a la convivencia en escuelas con prácticas exitosas de participación familiar. MÉTODO. Se realizó un muestreo estratificado de 34 centros según distrito, etapa educativa titularidad del centro, entre los que se identificaron 5 centros con mejores prácticas participativas. Se aplicó un guion de preguntas abiertas para los grupos de discusión y un cuestionario de 22 ítems con validez y fiabilidad adecuadas que se ajusta a las dimensiones del modelo integrado de gestión de la convivencia escolar: procesos democráticos de elaboración de normas, marco protector de la convivencia escolar, programas de mediación y programas de alumnos ayudantes. RESULTADOS. Los profesores tienen una mejor percepción que sus alumnos de la convivencia en los centros y la efectividad de los programas que se implementan. Todos los centros de buenas prácticas tienen una forma de actuar proactiva hacia la convivencia y preventiva de los conflictos. Implementan metodologías didácticas colaborativas, programas de ayuda mutua o mediación de conflictos, fomentando la reparación del daño, y forman a profesores, alumnos y familias. DISCUSIÓN. Es necesario afianzar los procesos de elección de delegados, la organización de la Junta de delegados y cómo canalizar la comunicación entre distintos estamentos. Los centros implementan programas similares a los de alumnos ayudantes o mediadores, sin ser fidedignos al marco teórico de estos programas. Se considera que es importante mejorar la formación para no dejar escapar aspectos filosóficamente importantes de estos programas.
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