Este artículo reflexiona sobre la terapia psicomotriz con niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y la importancia del cuerpo como eje vertebrador en la comprensión de su funcionamiento y en el tratamiento. Analiza los principales aspectos a tratar por el profesional psicomotriz en la práctica con menores afectados por TEA. El cuerpo es el punto de anclaje de todos las experiencias sensoriales, perceptivas, motoras, afectivas, emocionales, cognitivas y del mundo del inconsciente. Es la intersección entre las funciones del organismo y la vida psíquica y afectiva de la persona. Mediante la metodología de la revisión bibliográfica y estudios de casos se extraen las principales conclusiones a la hora de tratar con menores con TEA diagnosticado. La terapia psicomotriz con menores con TEA es un espacio que posibilita conectar experiencias sensoriales primarias no integradas con sensaciones y emociones integradas a través de una relación significativa con el terapeuta motriz. Como una de las principales conclusiones vemos que el trabajo psicomotor favorece la integración de una corporalidad diferenciada, subjetivada e investida y una vivencia relacional significativa y susceptible de ser pensada, que posibilita poder separarse y tolerar, sin demasiada angustia, el dolor de la pérdida, para poder existir como sujeto diferenciado.
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