En la actualidad, una realidad es incontestable: Una parte del alumnado que estudia el título de Grado de Derecho tiene serias dificultades para expresarse y esta deficiencia lingüística constituye un problema a corto y a largo plazo. A pesar del interés del problema, existe mucha confusión en cómo encararlo, hasta el punto de que se discute, por ejemplo, si es competencia de la Universidad cubrir las deficiencias de la escuela primaria o secundaria o si se podrían descontar puntos de una calificación final por la comisión de faltas de ortografía. Respecto a esta cuestión tan polémica, cabe realizar una breve consideración. Resulta obvio que la función principal del docente universitario no es la enseñanza de la lengua; pero es incontestable también que la formación de cualquier profesional es inconcebible sin un dominio amplio de lo primero. A partir del escenario expuesto, el objetivo principal de nuestra contribución es explicar cómo recurriendo a la modalidad de aprendizaje en línea y a tu ritmo, que es un modelo de actividad formativa que ofrece, entre otros, el INAP, podríamos sensibilizar o concienciar a nuestros estudiantes de la importancia del buen uso del lenguaje jurídico
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