Un sumario de la literatura muestra que los foraminíferos planctónicos recibieron poca atención en Venezuela con anterioridad a 1956. Desde entonces, sin embargo, la aplicación de estas formas a la bioestratigrafía se ha extendido desde la vecina isla de Trinidad a todas las cuencas marinas de Venezuela. Las formaciones del Paleoceno al Pleistoceno se datan y correlacionan en la actualidad, principalmente en base a las zonas definidas por foraminíferos planctónicos. Los autores venezolanos han utilizado casi exclusivamente las zonas de H. M. Bolli, excepto para el Plio-Pleistoceno, donde se han propuesto tres esquemas independientes. La extensión de los depósitos terciarios marinos disminuyó en la medida que los mares se retiraron del Escudo de Guayana, con el resultado de una aplicación reducida de las zonas en el Terciario Superior. Otras limitaciones se derivan de la presencia de facies someras y "flysch" y del endurecimiento de las formaciones del Terciario Inferior. Los estudios en curso aspiran a evitar estos aspectos adversos por integración de zonaciones, basadas en varios grupos de fósiles.
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