Resumen de La cruz y la cortina. Mies o la moderna iconoclastia

Fernando Espuelas

• español

  La propaganda al servicio del poder, ya sea político o religioso, ha hecho un abrumador uso de la imagen. Sin embargo, cada cierto tiempo, por agotamiento o por hastío, se producen reacciones contrarias que llevan a la prohibición del uso simbólico de la imagen del cuerpo humano. La posición ideológica que rechaza el uso simbólico de las imágenes humanas ha sido recurrente a lo largo dela historia. Al comienzo del siglo XX el imaginario de las vanguardias reincide en esta inclinación a prescindir de la imagen humana y a sustituirla por artefactos o por la pura abstracción. Acorde con un idealismo no lejano de lo platónico, la abstracción del Movimiento Moderno se intensifica en el vacío que late en la arquitectura de Mies van der Rohe. Esta posición lleva a considerar la presencia humana perturbadora de ese orden perfecto, y, en consecuencia, a prescindir de ella, en lo que puede entenderse como una forma de iconoclasia moderna. La cruz y la cortina son metonimias de los mecanismos que sirven para para sustituir o eliminar la imagen y la propia presencia humana.

• English

  The ideological position that rejects the symbolic use of human images has been recurrent throughout history. Propaganda in theservice of power, whether political or religious, has made an overwhelming use of image. However, from time to time, due to exhaustion or weariness, contrary reactions occur that lead to the prohibition of the symbolic use of the image of the human body. At the beginning of the 20th century, the visual resources of the avant-garde relapsed into this inclination to dispense with the human image and replace it with artifacts or pure abstraction.In accordance with an idealism not far from the Platonic, the abstraction of the Modern Movement intensifies in the void that reflects the architecture of Mies. This position leads to consider the disturbing human presence of that perfect order, and, consequently, to dispense with it, in what can be understood as a form of modern iconoclasm. The cross and the curtain are metonyms of the mechanisms to eliminate and replace the image and the human presence itself