Este artículo ordena la lectura que a lo largo de más de treinta años realizó Jacques Derrida de Antonin Artaud. Para ello recorre tres textos: “La palabra soplada” de 1967, Forcener le subjectil, de 1986 y Artaud le Moma, de 1996. Cada uno de estos textos ofrece, a su vez, una lectura de Artaud que podríamos llamar materialista, entre otros motivos, porque está anclada temporalmente. Además, la lectura materialista le permite a Derrida impugnar las interpretaciones más usuales acerca de Artaud –de cuño idealista–, que sostienen la unidad de la locura y la obra, y la posibilidad del encierro (Artaud, la momia de museo). Por medio de la afirmación de tres “órganos” o momentos corporales como la mano, la lengua y el ojo, Derrida pone a Artaud en el tiempo y –especialmente– lo ubica en el hoy.
This article orders the reading that during more than thirty years realized Jacques Derrida of Antonin Artaud. In order to do this, we use three texts: “The Word Blown” of 1967, Forcener the Subjectile, of 1986 and Artaud le Moma, of 1996. Each of these texts offers, in turn, a reading of Artaud that we could call materialist, among others reasons, because it is temporarily anchored. In addition, the materialist reading allows Derrida to challenge the most usual interpretations of Artaud (idealistic), which support the unity of madness and the work, and the possibility of confinement (Artaud, the museum mummy). By means of the affirmation of three “organs” or bodily moments such as the hand, the tongue and the eye, Derrida puts Artaud in time and-especially- places him in today.
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