“No llevar otro propósito que el bien y la salud a los enfermos” fue la base del juramento que Hipócrates trasmitió a sus discípulos. Recordarlo nos hace necesariamente reflexionar sobre el rol de los médicos para mantener este principio ético que, a más de dos milenios de vigencia, continúa siendo el motor que impulsa nuestra práctica cotidiana. Asistimos a una era extraordinaria con el desarrollo exponencial de nuevos conocimientos. Se estima que la humanidad cada 2 años duplica la información y probablemente estos lapsos se reduzcan a solo 11 horas en las próximas décadas, de acuerdo a algunos pronósticos.
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