Los procesos petroquímicos se han calentado tradicionalmente con combustibles fósiles, pero en la actualidad está aumentando la presión para mitigar las emisiones de dióxido de carbono y avanzar en los objetivos de descarbonización a largo plazo. Resulta muy difícil sustituir los procesos térmicos alimentados con combustibles fósiles, y los calefactores eléctricos de proceso plantean dos grandes interrogantes. ¿Qué tamaño puede tener un calefactor eléctrico? ¿Qué se necesita para mantener un control adecuado de los grandes calefactores eléctricos?
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