Sandra Cárdenas Montenegro, María Johanna Castaño Pachón, Jennifer Romero Pardo
La crisis ambiental irrumpe en el escenario mundial desde finales del siglo pasado como uno de los problemas más importantes para la existencia de la humanidad. En el afán de “progreso”[1] y “desarrollo”, los seres humanos se han dedicado a expoliar la naturaleza; despilfarrando los recursos que el Planeta Tierra proporciona, bajo la lógica de un sistema económico que los capitaliza y genera una explotación intensiva y sin límites. Para comprender las transformaciones globales del mundo actual se justifica un análisis crítico y reflexivo sobre el impacto de las acciones antrópicas sobre el entorno, que abra el camino hacia nuevas posibilidades en la relación ser humano-ambiente en el contexto mundial contemporáneo. Colombia, es uno de los países con mayor diversidad ambiental no sólo por su flora y fauna sino también por su riqueza hídrica. Esta última ha sido la menos protegida[2] pese a las políticas ambientales del país, lo cual pone en cuestión la formación ambiental de los ciudadanos quienes hoy se muestran indiferentes frente a las problemáticas de su medio. Consiguiente, es ineludible la tarea de generar desde una escala local transformaciones en el actuar, sentir y pensar de los ciudadanos. Por esta razón, se hace referencia a la influencia de la urbanización, en los cambios ambientales del humedal Juan Amarillo ubicado en la ciudad de Bogotá, en las localidades de Suba y Engativá. Una de las causas de la modificación vigente de este ecosistema es la construcción de avenidas como la Avenida Ciudad de Cali y el proyecto a futuro de la Avenida Longitudinal de Occidente. Evidenciando la marginación de la cuestión ambiental en pro del desarrollo a través de la urbanización. [1] La crisis ecológica manifiesta el quiebre de una concepción de mundo basada en el progreso, respecto a dos infinitos a saber: el infinito de los recursos de la Tierra y el infinito del futuro; expresando el ideal de una Tierra inagotable en sus recursos destinada al avance ilimitado con dirección al futuro. La conciencia de crisis reconoce la limitación en la apropiación y explotación de los recursos naturales evidenciando la imposibilidad de los discursos que apuntan hacia el crecimiento indefinido. Véase al respecto: Leonardo Boff, Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, Editorial Trotta, Madrid, 2002, especialmente el Capitulo 1, pp. 13-52. Presentado en el XIII Encuentro de Geógrafos de América Latina, 25 al 29 de Julio del 2011 Universidad de Costa Rica - Universidad Nacional, Costa Rica
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