Castellón, España
La producción mundial de baldosas cerámicas ha crecido significativamente, pasando de 9515 a 16093 millones de m2 fabricados en 2010 y 2020, respectivamente. Ello genera importantes cantidades de residuos cerámicos, tanto porque mayoritariamente son depositados en vertederos al final de su vida útil, como por defectos originados durante su fabricación. Así, se estima que entre un 3 y 7 % de los productos cerámicos son rechazados para la venta debido a imperfecciones. En esta investigación se utilizaron residuos de baldosas de gres cerámico (GC) como sustituto parcial de árido natural (AN) calizo en hormigón. Se estudió la granulometría, densidad, absorción de agua y resistencia al desgaste de los áridos. Asimismo, se prepararon siete dosificaciones distintas: referencia (REF), sustitución del 20, 50 y 100% de arena natural por reciclada (AFGC), y sustitución del 20, 50 y 100% de grava natural por reciclada (AGGC). Para cada una de estas mezclas se determinó la trabajabilidad del hormigón fresco a los 10 y 30 min, así como la resistencia a compresión, tracción y la permeabilidad al agua del hormigón endurecido, en muestras curadas en cámara húmeda a 20°C y 100%HR. Los resultados obtenidos muestran que los áridos de GC reciclados presentan mayor dureza, menor densidad y valores de absorción de agua semejantes a los naturales. La trabajabilidad, resistencia a compresión, tracción y penetración de agua resultaron muy similares entre los hormigones fabricados con áridos naturales y reciclados, concluyendo que la aplicación del GC reciclado cómo árido en hormigón sería una solución ecosostenible.
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