La palabra disciplina viene del latín discere: “aprender”. De allí el mismo origen de discipulus, que deriva en discípulo: “el que aprende”. Sin embargo, dentro del marco conceptual, disciplina presenta varias acepciones como “imponer un orden necesario para poder llevar a cabo un aprendizaje” o “el conjunto de normas que rigen una actividad o una organización”. En el caso de la disciplina escolar, se puede entender como “la obligación que tienen los profesores y alumnos de seguir o respetar un código de conducta (reglamentos)”.
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