Este artículo reflexiona sobre la figura de Juan Ignacio Larrea Holguín, en cuanto ser humano, a través de la mirada de José Ayala Lasso, Tres veces Canciller de la República, quien fue su discípulo y amigo. Además de sus facetas de jurista y humanista, estas páginas hacen mención a la relación que Larrea Holguín tenía con la naturaleza, a la que consideraba el ambiente único y esencial con el que el hombre debe trabajar para construir el bienestar temporal como el destino eterno del ser humano. Ser mejor para servir mejor fue el lema de toda su vida. Por muchos años, Juan Larrea fue miembro de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, organismo que, desde su creación en los albores del siglo XX, había cumplido una misión trascendental: asesorar desinteresada y patrióticamente al Canciller ecuatoriano sobre los asuntos más importantes y delicados de la política internacional y de las relaciones internacionales.
This article reflects on Juan Ignacio Larrea Holguín as a human being through the eyes of José Ayala Lasso, who served in three different occasions as Minister of Foreign Affairs and who was also his disciple and friend. Aside from showing him as a humanist and a jurist, these pages mention Larrea Holguin’s relationship with nature, which he considered to be the one and essential environment with which human beings must work in order to build their temporary and eternal destiny. Being better at serving better was the motto of his whole life. During many years, Juan Larrea was a member of the Foreign Affairs Advisory Board, institution that, since its creation in the beginnings of the 20th Century had been fulfilling a transcendental mission: unselfishly and patriotically advice the Ecuadorian Minister of Foreign Affairs on the most important and delicate matters of international politics and international relationships.
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