Cada vez son más las organizaciones que incorporan el coste del carbono -ya sea derivado de la regulación gubernamental o de iniciativas propias- a su análisis económico, como medida para luchar contra el cambio climático. Y es que contar con un programa interno de tarificación del carbono permite incentivar las inversiones más sostenibles, impulsar la eficiencia energética y adaptarse a las nuevas regulaciones en materia de gases de efecto invernadero, así como identificar oportunidades derivadas de reducir las emisiones.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados