Madrid, España
El tercer y último retablo que se hizo para la iglesia de San Antonio de los Alemanes —antes de los Portugueses— en Madrid entre los años 1761 y 1765 bajo la dirección de Miguel Fernández, teniente de Francisco Sabatini, no ha sido estudiado con profundidad, a pesar del interés histórico y artístico que tuvo en su momento. Diego de Villanueva, principal defensor de la continuidad de la tradición hispánica encarnada en El Escorial, lo consideró como paradigma del estilo romano poco respetuoso con los rigores de lo clásico. Relatamos los avatares de su construcción, su inspiración en el modelo berniniano de la capilla Alaleona de la iglesia de Santi Domenico e Sisto, los aspectos biográficos de Fernández que le convirtieron en el primer colaborador y principal del nuevo arquitecto de las obras reales, y las razones de la oposición de Villanueva.
The third and last altarpiece made for the church of San Antonio de los Alemanes —former, of the Portuguese— in Madrid between 1761 and 1765 under the direction of Miguel Fernández, lieutenant of Francisco Sabatini, had not been studied in depth, despite its historical and artistic interest at the time. Diego de Villanueva, the main defender of the continuity of the Hispanic tradition embodied in El Escorial, considered it as a paradigm of the Roman style with little respect for the rigors of the classic. This article deals with the vicissitudes of its construction, how it was inspired by the Berninian model of the chapel Alaleona of the church of Santi Domenico e Sisto in Rome, the biographical aspects of Fernández that turned him into first and main collaborator of the new architect of the royal works, and the reasons of Villanueva’s opposition.
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