En los últimos años, en México ha surgido una preocupación creciente por la divulgación de los resultados de la investigación arqueológica, derivada en parte de la necesidad de dar a conocer a la población el quehacer de esta profesión con el fin de motivar el compromiso de la sociedad para la salvaguarda del patrimonio cultural, pero también en parte porque esta tarea constituye una oleada en las corrientes teóricas de la comunicación del patrimonio a nivel mundial. En efecto, si bien las grandes organizaciones globales (por ejemplo la ONU), han dado muestras claras de su inquietud desde hace tiempo por el cuidado del patrimonio hacia el futuro en rubros tales como la arquitectura (en diversos documentos, como la Carta de Venecia), los recursos naturales (objeto de la ecología política) y por supuesto en el ámbito social, este discurso ha cobrado mayor importancia en tiempos recientes sobre todo a partir de la destrucción sistemática de los recursos naturales y culturales en todas partes del mundo.
Una de las vías que se han utilizado por lo menos desde hace dos décadas en países como España, Francia, Islas Canarias, Colombia, Costa Rica y recientemente en México para emprender esta comunicación patrimonial ha sido la de influir en la educación formal; es decir, se ha aprovechado el ámbito privilegiado que constituye la escuela para la transmisión de conocimientos –o mejor aún- la transmisión de una conciencia sobre la importancia de conocer, entender y conservar el patrimonio cultural entendido en su más amplia acepción. Este interés ha surgido tanto por parte de docentes vinculados con la enseñanza de la Historia, así como arqueólogos gestores y también comunicadores, preocupados por la destrucción de los recursos naturales y notablemente por los culturales, cuyo desconocimiento por parte del público general los coloca en una situación de vulnerabilidad sistemática.
Así pues, el objetivo de este trabajo es presentar un estudio de caso sobre lo que se ha realizado en relación con la comunicación patrimonial en el ambiente de la educación formal y de la educación lúdica, en el marco del proyecto de investigación Arqueología, educación y patrimonio cultural, dirigido por quien esto suscribe. Para su presentación, se ha dividido el texto en dos partes. En la primera se describe el planteamiento del proyecto mencionado y las etapas por las que ha transitado; en la segunda se da cuenta de las actividades que se han llevado a cabo en el estudio de caso desarrollado en escuelas formales de nivel medio y medio superior de La Piedad, Michoacán.
In recent years, a growing concern has arisen in Mexico for the dissemination of the results of archaeological research, derived in part from the need to inform the population about the work of this profession in order to motivate the commitment of the society for the safeguarding of cultural heritage, but also partly because this task constitutes a surge in the theoretical currents of heritage communication worldwide. Indeed, although the big global organizations (for example the UNESCO), have shown clear signs of their concern for a long time for the care of the heritage towards the future in areas such as architecture (in various documents, such as the Venice Charter), natural resources (object of political ecology) and, of course, in the social sphere, this discourse has become more important in recent times, especially as a result of the systematic destruction of natural and cultural resources in all parts of the world. One of the ways that have been used for at least two decades in countries such as Spain, France, the Canary Islands, Colombia, Costa Rica and recently in Mexico to undertake this heritage communication has been to influence formal education; that is, the privileged area that constitutes the school for the transmission of knowledge - or better yet - the transmission of an awareness of the importance of knowing, understanding and conserving the cultural heritage understood in its broadest sense has been taken advantage of. This interest has arisen both from teachers linked to the teaching of history, as well as archaeologists who are managers and also communicators, concerned about the destruction of natural resources and notably the cultural ones, whose ignorance on the part of the general public places them in a situation of systematic vulnerability. Thus, the objective of this paper is to present a case study on what has been done in relation to heritage communication in the formal education and recreational education environment, within the framework of the research project Archeology, education and cultural heritage, led by whoever subscribes. For its presentation, the text has been divided into two parts. The first describes the approach of the aforementioned project and the stages it has gone through; In the second, the activities that have been carried out in the case study developed in middle and high school formal schools in La Piedad, Michoacán, are reported.
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