Lo corpóreo, animico y espiritual, constituyen una unidad indisoluble. Son distintos aspectos de una misma realidad. Toda la vida del ser humano es espiritual y al mismo tiempo anímica y corporal. Sin embargo, el término espíritu puede utilizarse para designar al surgimiento mismo de todo acto: la pura transparencia del acto en su inmediatez primera, lo que nunca se puede cosificar.
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