Toda deliberación sobre lo que se reconoce como justicia está presupuesta socialmente; es decir, la justicia en un primer momento es eso que reconocemos como conciencia social. Ante cada acontecimiento deliberamos sobre ello, pero, los presupuestos ya están dados y condicionan nuestro pensamiento. Así, quienes arguyen que los inmigrantes deben tener derechos en Estados Unidos porque pagan impuestos y hacen aportes a la economía, coinciden con quienes aducen que los migrantes deben tener derechos políticos en México porque envían remesas; ambos casos se orientan por un modelo patrimonialista de democracia que excluye el criterio ético del derecho a tener derechos, el cual está basado en la justicia social. Un segundo ejemplo es el de aquellos que se oponen a que los inmigrantes tengan derechos porque no son ciudadanos del país de recepción, lo cual coincide con quienes se oponen a que se les reconozcan derechos de ciudadanía extraterritorial en el país de origen. La literatura “científica” esta llena de este tipo de deliberaciones
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