Semilla de almeja japonesa (Ruditapes philippinarum) fue cultivada durante dos años en cestas ostrícolas, en una batea de la ría de Arousa.
Las almejas tenían unas longitudes medias iniciales de 3.5 mm y 7.4 mm, y se cultivaron a densidades de 1.60 almejas/cm2, 0.80 almejas/cm2 y 0.32 almejas/cm2, durante el primer año, y a 0.32 almejas/cm2, 0.16 almejas/cm2 y 0.08 almejas/cm2, durante el segundo.
Después del primer año de cultivo, la longitud media de las almejas oscilaba entre los 23.4 mm de la densidad más alta y los 28.8 m m de la densidad más baja, con unos pesos medios 2.7 y 4.7 g, respectivamente.
Al concluir el segundo año, la longitud media era de 36.0 mm en la densidad de 0.32 almejas/cm2, de 38.7 mm en la de 0.16 almejas/cm2 y de 38.8 mm en la de 0.08 almejas/cm2. Los pesos medios correspondientes a las almejas de estas densidades fueron 11.8 g, 14.0 g y 14.3 g, respectivamente.
La supervivencia al final del primer año osciló entre el 75 % y el 98 %, según las distintas densidades de cultivo, y entre el 88 % y el 92 % al término del segundo.
De acuerdo con estos datos, el cultivo en batea de Ruditapes philippinarum en su etapa juvenil, o incluso hasta tamaño comercial, tiene grandes posibilidades de desarrollo en las rías gallegas, y en el futuro podría suponer una alternativa para la necesaria diversificación del monocultivo del mejillón.
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