Con este artículo se rinde un emotivo homenaje a Víctor Codina, como amigo. A través de una prosa poética, la autora describe la personalidad y el pensamiento de Víctor, cuyas palabras transmitían la belleza y la simplicidad de la vida. Los espacios académicos y pastorales compartidos, fueron posibilidad para cultivar relaciones profundas e intensas de amistad con Él. El pensamiento de Víctor Codina está imbuido de humildad y se nutre de la tradición apofática del cristianismo antiguo y del respiro del Espíritu. Su estilo sencillo y real en la teología es un reflejo de su manera de ser, incluso en su forma de vestir. El artículo incluye cariñosas anécdotas sobre cómo compartió momentos como amigo. La ausencia de Víctor deja un vacío en el corazón de su amiga Antonietta, pero su legado perdurará en sus recuerdos y en la huella que dejó en el mundo teológico.
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