La bomba que desde hace meses estaba a punto de estallar en el Instituto Nacional de la Salud no se ha demorado en exceso. La onda expansiva del "force a force" que venían manteniendo el subsecretario, Carlos Hernández Gil y el director general del Insalud, ha dado al traste con este último, que ha decidido hacer las maletas y volver a Cataluña, tras una experiencia al frente del complejo mundo de Alcala 56 que no pasará a la historia por su brillantez ni por sus aciertos.
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