Cuando habla Ramón Rubial, presidente del PSOE, hay un cruce magnético de miradas azules, infantilmente azules: la del viejo Rubial y la del joven Benegas. Dice Ramón "lo intentamos en 1917, lo volvimos a intentar en el 34 y en el 36... y siempre fuimos a dar con nuestros huesos en la cárcel o en el cementerio". Y Txiki Benegas aprende una lección: "hay que ser más prudentes; tantear el terreno de la realidad; los partidos políticos pueden tener empeños, pero no terquedades; hay que saber evolucionar, como cambian los tiempos, como cambian las necesidades y aspiraciones de la gente"...
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados