Resumen de Después de Gotemburgo: Malestar social y promesas pendientes
El Pilar Europeo de Derechos Sociales es sólo una declaración política de intenciones con el objetivo de servir de guía a la UE y a sus estados.
Los recortes previstos en gasto social para el próximo marco presupuestario europeo (2021-2027) socavan la voluntad política de trasladar esos principios a la práctica con un adecuado respaldo financiero o una mejora respecto a la situación actual.
El nuevo enfoque de la Comisión Europea de prestar más atención a las deficiencias sociales en los estados ha tenido, de momento, pocas consecuencias concretas en los países.
La reforma de la Directiva sobre el Desplazamiento de los Trabajadores fue aprobada en junio de 2018, porque los gobiernos de Europa Occidental, en el actual contexto de alza ultraderechista, estaban determinados a poner coto al dumping social que practicaban las empresas del Este.
Además de las deficiencias estructurales inherentes ya mencionadas, la principal debilidad del Pilar Social Europeo es que los derechos allí enunciados son prácticamente competencia exclusiva de los estados nacionales, con poderes muy limitados a nivel de la UE.
La reducción de la desigualdad social se detuvo y comenzó a retroceder a partir de los ochenta, cuando empezaron a ser rebajados los tipos impositivos máximos para las personas con mayores ingresos y las grandes empresas.
