Son pocas y frías. Pero apetecen. Las vacaciones de Navidad, cada vez más, se utilizan para cambiar de aires; para buscar el sol cuando el frío arrecia; para practicar deportes de invierno o, sencillamente, para descansar fuera de nuestro entorno habitual. Las ofertas viajeras se multiplican. Éstas son algunas de las más interesantes.
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