Los ciberataques ponen en riesgo vidas humanas. El ciberespacio se fue consolidando durante los últimos veinte años como el quinto área del ámbito bélico, un terreno propicio para actos de espionaje, sabotaje y desestabilización entre Estados contendientes. Destacan cuatro actores principales: Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europa, ciberatacantes sofisticados o ciberatacados donde la resiliencia es clave para prevenir las amenazas. A nivel global no es fácil determinar si muchos ciberataques son motivados por una ciberguerra no declarada o son acciones del cibercrimen. La ciberdelincuencia, donde en algunos casos hay sospechas de conexiones con los gobiernos, es un grave problema en un mundo hiperconectado y pone en riesgo la seguridad de los países, corporaciones y ciudadanos, lo que plantea una futura regulación internacional que marque líneas rojas ahora mismo inexistentes.
Cyberattacks put human lives at risk. Cyberspace has been consolidating for the last twenty years as the fifth area of the war environment, a propitious terrain for acts of espionage, sabotage and destabilization between contending States. Four main actors stand out: the United States, China, Russia and the European Union, sophisticated cyberattackers or cyberattacked where resilience is key to preventing threats. At a global level, it is not easy to determine if many cyberattacks are motivated by an undeclared cyberwar or are actions of cybercrime. Cybercrime, where in some cases there are suspicions of connections with governments, is a serious problem in a hyperconnected world and puts the security of countries, corporations and citizens at risk, which raises a future international regulation that marks red lines right now nonexistent.
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