Para la extrema derecha —léase Vox— la ley de amnistía es, antes de materializarse en el Boletín Oficial del Estado, un material jurídico explosivo, blasfemo, contrario a la moral y al orden constitucional. Pues bien: déjenme decirles a ustedes, ante todo, que a mí, como lobo catalán no independentista, antinacionalista —no creo que la palabra ‘nación’, a diferencia de la de ‘pueblo’ o ‘país’, corresponda a ningún ente real ni en Cataluña ni en España ni en Tombuctú: es ideología—, y como castellanoparlante para más inri, que amnistíen a payasos como Puigdemont y compañía, que ante todo dividieron a la sociedad catalana, propusieron para ella normas completamente antidemocráticas, montaron un pseudorreferéndum impresentablemente falsario, gastaron dinero público para esas mierdas, y de rebote estimularon la radicalización de las derechas en el resto de España, no es cosa que emocionalmente me haga la menor gracia. Me propongo enviarle a Puigdemont, cuando aparezca por aquí, una nariz de payaso, que es lo que corresponde.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados