“Reivindicamos una justicia pensada como un servicio público para el ciudadano y sus necesidades y no simplemente para la aplicación de la ley”, afirma Carme Guil, magistrada penal en Cataluña y presidenta de la sección española del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación (GEMME). Esta asociación promueve la mediación y la justicia restaurativa, una forma de resolución de conflictos basada en el diálogo, el acuerdo y la reparación del daño causado en vez de en el castigo en el que se basa la justicia ordinaria. Uno de sus métodos más conocidos, aunque no el único, es la mediación que ofrece a víctimas y autores de los delitos un espacio de encuentro voluntario —físico o a través de mediadores profesionales— donde poder conversar. En ocasiones, esta mediación puede darse en paralelo a la justicia ordinaria y sus acuerdos pueden ser tenidos en cuenta por los jueces, aunque también puede producirse después del proceso, independientemente de que haya sentencia condenatoria o no, si ambas partes están de acuerdo en participar. Quizás el ejemplo más conocido en España sean los procesos de encuentro entre víctimas de ETA y miembros de la banda.
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