Resumen de La obra de los españoles en Roma: Felipe III (1598-1621), protector de la archicofradía de la Resurrección
- español
Este trabajo de investigación histórica analiza la relación que mantuvo el rey Felipe III (1598-1621), como su protector, con la archicofradía de la Santísima Resurrección de la nación española de Roma. En once ocasiones, al menos, el gobernador y los priores de la obra pía romana se dirigieron al soberano para informarle sobre su precaria situación económica. Felipe III escribió, al menos, cuatro cartas en las que confirmó la concesión de algunas rentas sobre los bienes de las iglesias de Nápoles y Sicilia, así como ciertosderechos aduaneros en los puertos de los territorios italianos. Este trabajo también aborda algunas consecuencias de la crisis regalista del siglo XVIII y la elaboración de dos falsos históricos, dos supuestas cartas escritas por Felipe III, redactadas en realidad por José García del Pino, secretario de la archicofradía y de la iglesia nacional de Santiago y San Ildefonso de los Españoles, en Plaza Navona, donde la obra pía tenía su sede canónica.
- English
This historical research work analyzes the relationship that King Philip III (1598-1621) maintained, as his protector, with the archconfraternity of the Holy Resurrection of the Spanish nation of Rome. On at least eleven occasions, the governor and the priors of the Roman pious work addressed the sovereign to inform him of their precarious situation and financial need. Philip III wrote at least four letters in which he confirmed the granting of some income on the assets of the churches of Naples and Sicily, as well as some customs duties in the ports of the Italian territories. This work also deals with some consequences of the royalist crisis of the 18th century and the elaboration of two false documents, two supposed letters written by Philip III, actually written by José García del Pino, secretary of the archconfraternity and of the national church of Santiago y San Ildefonso de losEspañoles, in Plaza Navona, where the pious work had its canonical seat.
