San Cristóbal de La Laguna, España
Frecuentemente los distintos actores del sistema legal (abogados, jueces, policías, trabajadores sociales...) rechazan el testimonio prestado por un menor partiendo de concepciones erroneas del niño como testigo al que consideran cognitivamente incompetente e incapaz de dar un testimonio sincero. Así, los niños son rechazados como testigos ante los tribunales. El primer objetivo de este artículo fue discutir lo erróneo de ambos estereotipos y como los testimonios de menores (y en especial aquellos prestados por víctimas de abusos sexuales) pueden y deben ser admitidos ante los tribunales. El segundo objetivo fue presentar la técnica de análisis de realidad de las declaraciones como un método a emplear en la evaluación de la credibilidad de niños víctimas de abusos sexuales. Por último se discuten algunos aspectos de la participación del niño en los juicios y como atenuar los factores estresantes que inciden en la presentación de su testimonio.
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