Fascinado por el Universo visible, el filósofo de la antigüedad observó la esfera celeste poblada de estrellas y comprobó que, éstas, mantenían entre sí la misma relación posicional por lo que la denominó la esfera de las estrellas fijas. Entre la Tierra, centro de todo lo creado, y la citada esfera de las estrellas fijas, descubrió una serie de cuerpos celestes que, unas veces se encontraban sobre un lugar determinado de la esfera de las estrellas fijas y otras veces sobre otro distinto; aparentemente, se movían de manera errática y los denominó planetas. Influido por las doctrinas cosmológicas egipcias o por las caldeas y por las griegas o por las romanas, el estudioso medieval los ordenó de una manera determinada y los representó sobre esferas concéntricas, cada una de ellas, propia del planeta correspondiente dando lugar a los planisferios planetarios. En los scriptoria de monasterios y abadías de la Europa medieval, basados en el conocimiento de la antigüedad, se elaboraron tratados de astronomía que incorporaban ilustraciones en forma de diagramas y planisferios. Estos planisferios, referidos a los planetas, son los que se analizan y se explican y se clasifican en el presente trabajo.
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