A partir de mediados del siglo xix, la acuarela comenzó a valorarse como obra de arte independiente gracias en gran medida a las innovaciones introducidas por Mariano Fortuny. Por otro lado, la versatilidad y los recursos de dicha técnica se ampliarond ebido a los nuevos materiales. En este artículo se analizan en profundidad estas novedades técnicas a través de un seguidor del maestro de Reus, Salvador Sánchez Barbudo, del cual el Museo del Prado conserva la acuarela Mujer con sombrilla o Japonesa. El pintor jerezano muestra en esta y otras acuarelas, que hemos encontrado a lo largo de varios años de investigación, la interiorización de los avances aportados por Fortuny, así como su talla como pintor en esta técnica, en la que destaca especialmente.
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