En 1972, Diana Vreeland (1903-1989), ex editora de las ediciones norteamericanas de Harper’s Bazaar y Vogue, fue contratada como consultora especialista en The Costume Institute del Metropolitan de Nueva York. Con su labor en doce exposiciones, estableció la unión de la museografía y el marco visual, comercial y conceptual de la moda. El artículo evalúa la repercusión que tuvo sobre los criterios museográficos y museológicos en décadas sucesivas. En concreto, la correlación del espacio del comercio y el del museo. Esta permeabilidad de la frontera entre la «museología del traje» y la «museología de la moda» conducirá al museo hacia una «economía de la pasarela» (Löfgen, 2005; Riegels, 2014) que derivará en críticas como las que afrontó el Guggenheim de Nueva York a raíz de la retrospectiva de Armani en el año 2000.
In 1972, Diana Vreeland (1903-1989), former editor of the North American editions of Harper's Bazaar and VOGUE, was hired as a Special Consultant to The Costume Institute of the Metropolitan Museum of New York. She was a key figure in the development of a total of twelve exhibitions, establishing a union between expography and fashion’s visual, commercial and conceptual framework. The article evaluates the impact that she had on expographic and museological criteria in successive decades. Specifically, the correlation of the commercial space and the museum space. This permeability of the border between the "museology of the dress" and the "museology of fashion" will lead museums toward a "catwalk economy" (Löfgen, 2005; Riegels, 2014) bringing about criticisms such as those faced by the Guggenheim in New York following the Armani retrospective in 2000.
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