Este artículo analiza los motivos por los que Diego Velázquez podría haber pintado dos retratos del enano llamado El Primo, y cuya identidad hasta hace muy poco se había confundido con Sebastián de Morra. Se trata de un trabajo que se inscribe en la historia del coleccionismo, que trata de rastrear el origen y la procedencia del retrato que poseyó el marqués del Carpio, así como del uso de calcos y prototipos por parte de Velázquez y su taller. El artículo no contiene un análisis técnico de éste, pero sí propone posibles líneas de investigación para la pintura española del siglo XVII, desde los conceptos de colección de arte, hasta los de pintura original y copia.
This article analyzes the reasons why Diego Velázquez could have painted two portraits of the dwarf called “El Primo”, and whose identity until very recently had been confused with Sebastián de Morra. This work is a contribution to the history of collecting, which tries to trace the origin and provenance of the portrait owned by the Marquis del Carpio, as well as the use of tracings and prototypes by Velázquez and his workshop. The article does not contain a technical analysis of it, but it does propose possible lines of research for seventeenth-century Spanish painting, from the concepts of art collection, original painting and copy. © Museo Nacional del Prado, Madrid.
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