Este artículo explora las dificultades conceptuales que surgen cuando la ficción explora los vínculos primordiales de la humanidad con la naturaleza, específicamente en lo que respecta a la representación de género. Examino cómo el énfasis en la biología demuestra la conexión innata de la humanidad con la naturaleza, al mismo tiempo que perpetúa una visión problemática y esencialista del género. Usando “Prodigal Summer” (2000) de Barbara Kingsolver como ejemplo, presento dos perspectivas desde las cuales interpretar su enfoque ecofeminista. En primer lugar, argumento que Kingsolver emplea el zoomorfismo como una estrategia efectiva para anular las representaciones esencialistas de la sexualidad. En segundo lugar, uso la teoría de la presencia de Hans Gumbrecht para contextualizar la representación de la biología y afirmo que “Prodigal Summer” intenta diluir un binario conceptual mucho más amplio entre la humanidad y la naturaleza.
This article explores the conceptual difficulties that arise when fiction explores humankind’s primordial ties to nature, specifically regarding gender representation. I examine how an emphasis on biology demonstrates humankind’s innate connection to nature, while simultaneously perpetuating a problematic, essentialist view of gender. Using Barbara Kingsolver’s “Prodigal Summer” (2000) as a case study, I present two perspectives from which to interpret her ecofeminist approach. Firstly, I argue that Kingsolver employs zoomorphism as an effective strategy to override essentialist representations of sexuality. Secondly, I use Hans Gumbrecht’s theory of presence to contextualise the representation of biology and claim that “Prodigal Summer” attempts to dilute a much broader conceptual binary between humankind and nature.
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