Los últimos años de Roman han sido frenéticos, en el mejor sentido de la expresión. Han integrado a su estructura compañías de alto valor, se han embarcado en proyectos tan innovadores como ilusionantes, y en las últimas semanas han lanzado su nuevo propósito cuya punta de lanza es la reputación, que como proclaman a los cuatro vientos, importa y mucho. Pero, además, reseñan que ese posicionamiento no está reñido con la rentabilidad de las empresas, y es que si una compañía no es rentable no generará impacto. Eso sí, debe ser sostenible a largo plazo, comprometerse con el territorio y la sociedad donde opera, y ser respetuosa con el medio ambiente. Mucho contenido que a continuación desgranamos con su CEO y presidenta, Silvia Alsina.
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