El Fraga del "día siguiente" todavía tiene la cabeza sobre los hombros. No se la han volado. Me han contado que ayer a media tarde, cuando las urnas todavía estaban abiertas al voto, alguien le filtró un sondeo que auguraba la victoria del "no" y que, al leerlo, el cansancio de diez años se le desplomó encima hasta humillar su corpachón sexagenario. Fue dramático. Tal vez la misma estampa que en Galicia, mientras removía con una enorme cuchara la queimada del júbilo. Fraga se quedó atrapado en el fuego de aquella marmita cuando le dijeron que no había conquistado la mayoría absoluta. Fraga ha estado a punto de quedarse en la cuneta muchas veces en pocos años. Pero vive todavía...
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