México
La crítica de Slavoj Žižek a Gilles Deleuze es parte de los combates actuales por extraer del Idealismo alemán las consecuencias más extremas. Lo primero es hacer notar un hecho: si la filosofía está bloqueada –por la ciencia o por la política– buscará acomodo en otra parte: la literatura, la antropología, la sociología, los estudios culturales... La diferencia entre intercambio y encuentro es que, aparte de traumático, el segundo es raro. La tesis principal es que no hay uno sino dos Deleuze: uno crítico y otro capitalista. Y que el segundo es más interesante –por cuestiones de fertilidad, a pesar de todo– que el primero. Su crítica de base, ello no obstante, parece sólida: Deleuze piensa que la percepción (humana) es más rica que lo real (lacaniano). Deleuze no es un historicista, y eso le honra. Piensa que hay un novum, un acontecimiento que rompe el tiempo. Por tanto, es (casi) un cristiano. Casi un Chesterton: el sol es nuevo cada día. Esto lo salva de reduccionismos fáciles; no se trata de pensar cómo una máquina puede imitar a la mente, sino cómo la mente puede incorporarse máquinas. El ciberántropo no está reemplazado por la máquina, sino que ésta se conecta con el hombre de carne y hueso.
Slavoj Žižek’s critique of Gilles Deleuze is part of today’s struggles to draw the most extreme consequences from German idealism. The first thing to note is a fact: if philosophy is blocked –by science or by politics– it will seek accommodation elsewhere: literature, anthropology, sociology, cultural studies… The difference between exchange and encounter is that, apart from traumatic, the second is rare. The main thesis is that there is not one but two Deleuze: one critical and one capitalist. And that the second one is more interesting –for reasons of fertility, despite everything– than the first. His basic critique, however, seems solid: Deleuze thinks that (human) perception is richer than the real (Lacanian). Deleuze is not a historicist, and that honors him. He thinks there’s a novum, an event that breaks time. Therefore, he is (almost) a Christian. Almost a Chesterton: the sun is new every day. This saves him from easy reductionisms; it is not a question of thinking how a machine can imitate the mind, but how the mind can incorporate machines. The cyberanthropist is not replaced by the machine, but the machine connects with the man of flesh and blood.
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