Las canciones de Carlos brotan de la espiritualidad pasionista: “Nosotros los pasionistas, solidarios con los crucificados de hoy, nos abrimos a la fuerza de la cruz, para afrontar proféticamente la injusticia y anunciar de un modo creíble al Dios de la Vida” (Objetivo de la congregación desde el año 2000), a partir de allí los pasionistas son contemplativos de la Pascua en la Pasión de Jesús, Testigos de la Pascua en la Pasión propia, Solidarios-profetas de la Pascua en la Pasión de la Humanidad y de la Madre Tierra. Este apasionamiento lleva a los seres humanos a gozar y también a padecer, por eso las canciones de Carlos expresan la cotidianidad de la vida y las diversas situaciones personales que lo llevan a escribir versos.
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