Nuestro actual modelo de Seguridad Social responde a la configuración que se hizo de nuestro sistema a partir de la Ley de Bases de 1963, caracterizado como uno de los sistemas denominados legales, que tejía una red de solidaridades personales, territoriales y económicas. En este sentido, señalaba la exposición de motivos de la ley de Bases que. Sin acudir a la solidaridad nacional ante situaciones o contingencias protegidas, la Seguridad Social no pasa de ser un artificio, sin una verdadera raíz comunitaria, de manera que la ley concebía a la Seguridad Social como una tarea nacional que imponía sacrificios a los jóvenes respecto de los viejos, los sanos respecto a de los enfermos; a los ocupados, respecto de los que se hallan en situación de desempleo, a los vivos, respecto de la s familias de los fallecidos, a los que tienen cargas familiares, respecto de los que no las tienen; a los de las actividades económicas en auge y prosperidad, en fin de los sectores deprimidos.
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