La prevalencia de sobrepeso y obesidad en Pediatría aumentó drásticamente en las últimas décadas. Esto conlleva una mayor carga cardiometabólica, oncológica, psiquiátrica y en la calidad de vida en la adultez. Los datos de la pandemia de la COVID-19 agravaron la incidencia y prevalencia de la obesidad por cambios de hábitos alimentarios y por el sedentarismo.
Los objetivos en el tratamiento en Pediatría proponen una reducción de 0,2 en el score z-índice de masa corporal (IMC) (disminución del 5% en el IMC), con resultados clínicamente significativos. La estrategia inicial es optimizar la intervención en el estilo de vida y reducir las exposiciones ambientales. Sin embargo, queda un subgrupo de niños y adolescentes con obesidad severa que no responde a estos cambios, y que requiere el uso de fármacos seguros, efectivos y aprobados para este grupo etario. En la actualidad solo tres agentes farmacológicos están aprobados para uso en adolescentes mayores de 12 años y por más de 1 año de tratamiento: orlistat, fentermina y liraglutida.
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