Los eventos de hipoglucemia severa pueden ocurrir en un 40% de los embarazos de las pacientes con diabetes mellitus tipo 1 (DM1). La recurrencia de estas hipoglucemias durante el embarazo alcanza el 22%, y es más frecuentes durante el primer trimestre del embarazo, etapa crítica en la organogénesis1. No hay evidencia disponible que relacione los efectos de embriopatía en madres que han padecido hipoglucemia durante el embarazo. Sin embargo, en estudios en animales, se observó el potencial efecto teratogénico de la hipoglucemia materna1. El peso fetal puede estar influenciado por eventos repetitivos de hipoglucemia materna, ya que en distintos estudios se encontraron recién nacidos con macrosomía, como así también pequeños para edad gestacional. La macrosomía detectada en relación a estos eventos podría explicarse por hiperglucemias reactivas a hipoglucemia; la Hb1Ac promedio de estas pacientes era de 5,6%2. Es infrecuente observar daño permanente en el sistema nervioso central luego de episodios de hipoglucemia materna severa, pero episodios repetitivos estarían relacionados con alteraciones en el neurodesarrollo de sus hijos. Los niños expuestos a estos episodios pueden desarrollar alteraciones en su función cognitiva y se halló una mayor predisposición a la epilepsia3. La glucosa juega un rol fundamental en la provisión de sustrato para producir la energía necesaria para el transporte sináptico de neurotransmisores. Al no estar almacenada en el cerebro, cualquier interrupción o disminución en sus concentraciones interferirá en la normal señalización química de los neurotransmisores3. La mayoría de los estudios muestra que no hay cambios en la frecuencia cardíaca o en los movimientos fetales durante eventos de hipoglucemia moderada materna. Estos hallazgos sugieren que el feto es capaz de utilizar fuentes de energía alternativas (cetonas, ácido láctico) durante estos episodios.
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