Vivimos una profunda ironía: La banalidad, por tanto tiempo exorcizada y mantenida en los límites de la representación, se ha convertido en el destino fatal de nuestra cultura, adoptando las figuras propias de una estrategia sin sujeto, una sofisticada venganza del mundo o un retorno de lo reprimido. Lo más cruel de la realidad no es su carácter efímero, insignificante, terrible y estúpido, sino que todo eso sea verdadero. La banalidad como destino, lo real como coartada, como una de las bellas artes: el arte de la desaparición. La teoría de la simulación aborda una serie de fenómenos extremos donde lo social y la cultura adoptan paradójicos modos de desaparición: transparencia, obscenidad, insignificancia. A partir de sus ejercicios de socio-ficción, Jean Baudrillard nos sugiere un análisis de estas figuras de la transpolítica como el lugar donde la sociedad del espectáculo deviene espectáculo de la desaparición, final de la escena de la representación y comienzo -fascinante y fatal- de las estrategias banales.
We live in a deep irony, the vanality, keept and exorcized on the limits of representation became the fatal fate of our culture adopting the own figures of the strategy without a subjetc, a sofisticated world revenge or a return of the repressed. The cruelest thing of reality is not its stupid terrible, insgnificant, ephimeral, carachter, but the thruth of all of these. Vanality as fate, real as an alibi, as one of the fine arts. The simulation theory approaches a group of extrem phaenomenons where the culture and the social adopt paradoxical vanishing ways: transparency, obscenity, insignificance. After his socio-fiction exercises, Jean Baudrillard suggests an analizis on this transpolitical figures as a place where the show society becomes the vanishing show, end scene of representation and fascinating and fatal beginning of the banal strategies.
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