El sector de la seguridad privada emplea a unas 130.000 personas en Bulgaria, es decir, 18 guardias por cada 1000 habitantes, frente a los 2,3 en Francia y 0,7 en Italia. Lejos de limitarse a la protección de bienes, son una suerte de sucedáneo que sustituye a los servicios públicos y prosperan en la encrucijada de múltiples intereses, entre la esfera política, el mundo de la delincuencia y el poder del dinero.
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