La figura del juez ad hoc está fuertemente unida en sus orígenes a un afán por enfatizar tanto el equilibrio entre Estados soberanos en situaciones litigiosas, como por conseguir una percepción de imparcialidad del ejercicio internacional de la jurisdicción. La fórmula recogida por el Estatuto de la CPJI se ha repetido en las regulaciones de otros tribunales internacionales; sin embargo, su justificación podría presentar matices en el caso de tribunales destinados a solucionar demandas interestatales e individuales o únicamente interestatales. Cuando, además, se trata de tribunales de protección de derechos humanos, la existencia de la figura del juez ad hoc puede resultar controvertida. Defensores y detractores de esta institución reconocen el paralelismo en los requisitos exigidos y las limitaciones establecidas en los estatutos de los distintos tribunales internacionales contemporáneos, y una peculiar significación de la nacionalidad. La reciente regulación por el gobierno español del procedimiento de selección de los jueces ad hoc europeos ha de ser bienvenida, aunque resulta aún incompleta. En definitiva, sean considerados o no anacrónicos, los Estados continúan apostando por la pervivencia de los jueces ad hoc.
Since its origins the institution of the ad hoc judge is closely related to an interest in emphasizing the balance among sovereign States involved in legal controversies, as well as an interest in creating a perception of impartiality when exercising jurisdiction at the international level. The wording used in the Statute of the Permanent Court of International Justice has been repeated in other international courts’ statutes; nonetheless, its justification in case of courts adjudicating uniquely on inter-state applications could be different from those cases in which the international court can adjudicate on both inter-state and individual applications. The existence of the ad hoc judge could be even more controversial in cases of courts adjudicating on human rights’ protection. Supporters and detractors of this institution share the view of an existing parallelism between the conditions required and limitations set up for the different courts and tribunals, and recognise nationality’s peculiar meaning. The recent regulation adopted by the Spanish Government cannot be but welcomed, though it is still incomplete. In a word, might judges ad hoc be considered as anachronistic, States still keep appointing them.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados