Las expectativas abiertas por los últimos avances tecnológicos suelen esquivar el punto central: se trata de modelos artificiales sujetos a objetivos y responsabilidades de personas de carne y hueso. Algunas empresas se escudan en propósitos buenistas para encubrir modelos de negocio extractivos. OpenAI ha sobrevendido sin escrúpulos una tecnología aún inmadura para copar el mercado. Hay un acuerdo unánime en cuanto a la necesidad de regulación, pero la evolución no es alentadora. El individualismo y el economicismo de mercado prevalecen sobre el bien común en la expansión digital
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados